Restos del templo ilergete del Molí de l'Espígol |
Sabemos poco sobre la espiritualidad de los ilergetes. Como la mayoría de los pueblos de su época, estaban muy unidos a los fenómenos de la naturaleza y tenían múltiples dioses que los representaban. Los animales eran símbolos sagrados, el ciervo se vinculaba a la divinidad femenina y el caballo - instrumento de guerra - a la divinidad masculina. Los únicos restos que se han encontrado son los de un posible templo del siglo IV a. C. en el Molí de l’Espígol (Tornabous).
Reconstrucción de un túmulo con urna |
Los ilergetes incineraban los cuerpos sin vida de sus muertos y colocaban las cenizas y los restos óseos dentro de recipientes de cerámica especiales llamados urnas. Al lado de éstas, en un agujero en el suelo o en la roca, se enterraban también los objetos personales y las ofrendas hechas por los familiares.
Esta era una costumbre procedente de la cultura centroeuropea del momento que adoptaron los pueblos íberos durante su romanización.
Como la función guerrera la ejercía el hombre, sus tumbas eran más llamativas debido a la importancia que se le daba a esta función social. Así pues, encontramos pocas tumbas ricas de mujeres, que suelen ser sencillas y con pocas ofrendas.
Como la función guerrera la ejercía el hombre, sus tumbas eran más llamativas debido a la importancia que se le daba a esta función social. Así pues, encontramos pocas tumbas ricas de mujeres, que suelen ser sencillas y con pocas ofrendas.
La necrópolis ilergete que más información nos ha aportado ha sido la de La Pedrera (Vallfogona), en la que se han encontrado armas, arneses de caballos, objetos ornamentales y una estela antropomorfa que solo tiene marcado el contorno de la cara y la nariz.
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